Los principios de una buena administración doméstica van más allá de la limpieza diaria. Por supuesto, orden e higiene constituyen la base de todo pero, para que en su casa haya un ambiente agradable y acogedor, la calidad del aire es fundamental. Aunque no viva en una gran ciudad con mucha contaminación, hay siempre que considerar la cantidad y calidad del aire que entra en su casa, actuando consiguientemente para crear una recirculación del mismo, higienizar y después perfumar los ambientes. Solo así podrá garantizarse una agradable sensación de aire limpio, que huela a fresco y limpio. Una de las personas que más fomentan el aire limpio a toda costa es Martha Stewart, que a este tema dedica todo un capítulo en su libro de gestión de la casa, y que (dice) practica la sesión diaria de Pilates por la mañana con las ventanas abiertas incluso en invierno. Sin exagerar, pero siempre permaneciendo en el “easy-chic” la modelo Christy Turlington ha diseñado unos específicos pañuelos de cachemira, suaves, elegantes y envolventes, para ponerse durante la ventilación diaria de la casa (después se lavan cómodamente en la lavadora con Lava Lana Delicada y Balsamo Delicado Lana de Nuncas). Volviendo a lo práctico, muchas personas además hoy en día padecen asma alérgico, por tanto, airear la casa y limitar en lo posible que se deposite el polvo es esencial para vivir en un ambiente que sea amigo, no hostil, incluso desde el punto de vista de la salud, de las vías respiratorias. Los malos olores y la contaminación contribuyen a crear además “contaminación” en casa al igual que el polvo: quitar el polvo y pasar la aspira dora de modo correcto y con frecuencia es útil, pero no sirve obviamente para perfumar la casa.
¿Cómo se puede perfumar y, al mismo tiempo, higienizar el aire de la casa? Según la EPA (Agencia para la Protección del Ambiente) si no se ventila la casa diariamente y de modo correcto, el nivel de contaminación en el interior de la misma puede aumentar. Por tanto, la primera regla es abrir las ventanas todos los días, incluso en invierno, creando corrientes de aire que puedan desplazar hacia fuera de la casa el aire “usado” y, por tanto, cargado, llevando hacia el interior aire limpio y sin olores.
Si antes entrar en casa y sentir el olor de los detergentes era suficiente para darnos una sensación a limpio, hoy en día, seguramente, ya no lo es. Al contrario, muy a menudo algunos detergentes que dejan su “huella olfativa” demasiado fuerte nos molestan y pueden irritar las mucosas de las personas más sensibles. De ahí que los mejores productos son los que dejan una ligera y agradable fragancia. Una vez hecho esto, se pasa a elegir el ambientador de la casa, para cada habitación. La tendencia actual es no sobrecargar los ambientes, tendiéndose por el contrario a crear para la casa una fragancia original, mezclando varios tipos de aromas diferentes.
La fragancia tiene que envolver el ambiente adaptándose al estilo de la casa: si a las casas de campo les va muy bien las especias y las maderas preciadas, las pequeñas habitaciones, con menos luz, de la ciudad necesitan el frescor dado por las notas de talco.
En todo caso, una casa acogedora tiene que tener su propia fragancia personal que – al igual que el perfume de una mujer – perdure a lo largo del tiempo y permanezca igual a sí mismo para seducir. Por tanto, elija una fragancia que se identifique con usted, y que hable del ambiente en el que vive: así puede encontrar desde los sobres perfumados para armarios y cajones a los ambientadores en spray para rociar por la casa, pasando por los elegantes envases de esencias perfumadas que flotan en el aire, de modo ligero y continuo, gracias a los finos palillos de bambú. Cualquiera que sea el estilo de su casa, deje que su fragancia permanezca en la memoria. La sensación de ser acogidos por una nota perfumada en el recibidor es maravillosa – esencial en las casas contemporáneas.