La cocina vuelve a ser el corazón de la casa, punto central de las preparaciones culinarias, de las experimentaciones y – sorprendentemente – de un nuevo modo de recibir a los invitados, relajado pero con estilo.
Bonita, funcional e ideal para recibir a nuestros amigos. Ya sea pequeña o grande, independiente o “cocina-office”, la cocina se ha colocado de repente en lo alto de la lista de lugares donde poder recibir a las personas que visitan nuestra casa. Porque sus acogedoras paredes, impregnadas por el calor de la cocción de los alimentos, saben crear atmósferas relajadas, mucho mejor que en el salón o en el comedor. Las cosas, como vemos, han cambiado mucho. Antes, las puertas de la cocina tenían que permanecer religiosamente cerradas cada vez que la Señora tenía invitados a cenar. Las buenas costumbres preveían que en las casas burguesas fuese la sirvienta la que tenía que ir y venir a la cocina, procurando que el interior de la misma no fuese visto por los invitados de la Señora. El lugar donde las preparaciones culinarias tenían lugar y se servían en los platos, era una parte de la casa “off-limits” para quien no hubiese sido contratado para esa función, y no se consideraba digno de ser mostrado a los invitados como parte de la casa. Que la cocina fuese un lugar de servicio lo dice también la historia: desde Isabella Beaton a Donna Letizia, hasta llegar a los más simples carteles de venta de las agencias inmobiliarias, en los que normalmente anunciaban el número de habitaciones al que se añadía, al máximo, una “cocina independiente”. En cincuenta años, las cosas han cambiado enormemente. La cocina ha pasado de ser un local técnico a punto central de la casa, y los diseñadores han dado rienda suelta a su imaginación para hacerla estéticamente perfecta, prácticamente indestructible, ergonómica, simple, bonita, ideal para vivirla. De última habitación de la casa, la cocina se ha convertido en un lugar alrededor del cual se construye la misma, cuya función no es solo servir de lugar de preparación de alimentos, sino también de lugar para consumirlos y compartir ese tiempo con familiares y amigos.
Es suficiente con dar una ojeada a los estantes con los libros de cocina de cualquier librería para darse cuenta de este cambio sustancial – títulos como “en la cocina con los amigos” son cada vez más frecuentes en Italia y en el extranjero. Pero – ¿cómo tiene que ser una cocina para que pueda definirse vivible y, por tanto, práctica?
Si es verdad que el tamaño no cuenta, es igualmente cierto que tiene que existir un espacio vital. La tendencia, incluso en las casas muy grandes, es una bonita cocina-office, que pueda ser mostrada a todos en cualquier fase: desde el principio de la preparación al consumo de la comida. Lo que antes era una pared equipada con cocina, hoy en día es un lugar donde recibir a la gente de modo informal y agradable. Es suficiente una mesa grande (o una barra) que pueda albergar al menos 6-8 personas sentadas, para poder recibirles en la cocina. No solo en las casas de campo (donde es casi una cosa obligatoria según las tendencias del momento) sino también en ciudad. La falta de personal de servicio hoy no se considera un minus – al contrario, es síntoma de gran intimidad. Quienes cocinarán serán los anfitriones de la casa (¡sorpresa!) muy a menudo más los hombres que las mujeres. La comida se sirve exprés, saboreada donde se elabora, de la cazuela al plato. Los programas de televisión subrayan y proponen la rapidez de ejecución y la simplicidad de la receta como ingredientes fundamentales para recibir, que se contraponen, a la formalidad de una cena en el salón.
Jennifer Joyce, una conocida food writer anglosajona que con su blog “meals in heels” ha cambiado los dictámenes del recibir a los invitados en casa, indica la cocina como el lugar donde se invita por excelencia. Porque es íntimo, simple y directo. Y porque recibir a los invitados en la cocina es más fácil, y deja a la propietaria de la casa más tiempo para dedicar a sus invitados y a sí misma. “Seré egoísta” afirma Jennifer “ ¡pero yo también quiero divertirme en mis fiestas!”.
Por tanto, el recibir a los invitados en la cocina prevé que tengamos que añadir a la lista de la compra también un bonito vestido y un estupendo par de zapatos para la propietaria de la casa y algunos productos ad hoc para la cocina, que nos permitan mantener todo limpio mientras se trabaja. ¿Un ejemplo? Un spray para limpiar rápidamente la superficie de trabajo (Nuncas aconseja su Casa 9 Desengrasante Multiusos y Casa 9 Desengrasante Extra Fuerte, dos fórmulas distintas, para limpiar simples huellas o bien suciedad grasosa o incrustada) y un ambientador con el aroma de algunos alimentos, como el Perfumador Spray Hojas de Tomate de la línea Compagnia dei Profumi.
Por tanto, la cocina está de moda y ello lo afirman las food-stars del momento. Gwyneth Paltrow en su bellísimo libro de cocina “Kitchen Notes” aconseja “limpiar y ordenar mientras se cocina” para poder recibir a los invitados en la cocina sin estrés, disfrutando de la velada. Nigella Lawson, en su libro “Nigella Express” propone cenas listas en 30 minutos y servidas a los amigos en la cocina incluso durante la semana. Les dejo a ustedes el cetro de la nueva Diosa del Hogar.