Se acerca el invierno y es hora de sacar del armario nuestras prendas de lana. Durante toda la estación fría nos harán compañía, envolviéndonos en un cálido abrazo y protegiéndonos de las temperaturas más bajas. Ellas nos cuidan y nosotros debemos hacer lo mismo, lavándolas de la forma adecuada y con los productos adecuados. Pero reconozcámoslo, las rutinas diarias nos impiden a menudo dedicarnos a lo que amamos como nos gustaría: incluso nuestro jersey de lana favorito acaba en la lavadora, junto con prendas de otros tejidos, lavado a altas temperaturas y con detergentes que no respetan su pH natural. ¿El resultado? Su belleza se desvanecerá rápidamente y al año siguiente probablemente tendremos que prescindir de él.
Así que vamos a descubrir cuáles son los enemigos de la lana y cuál es la mejor manera de tratar nuestras prendas para que podamos lucirlas ¡el mayor tiempo posible!

¿Cuáles son los enemigos de la lana? Entre la verdad y las falsas creencias

La lana es una fibra textil de origen animal, con una estructura similar a la de nuestro cabello. Sin duda, es un material más delicado que el algodón y requiere ciertos cuidados. Sin embargo, esto no significa que no pueda lavarse en la lavadora. ¿Cuántas veces hemos optado por lavar a mano, por miedo a estropear la ropa, perdiendo tiempo y esfuerzo? Por lo ello, debemos saber que la lavadora no es en absoluto un enemigo de nuestras prendas de lana y jerseys de lana, si se utiliza correctamente en combinación con los detergentes adecuados.
De hecho, los verdaderos antagonistas de la lana son:

  • - las temperaturas demasiado altas y las fluctuaciones excesivas;
  • - el centrifugado potente;
  • - los detergentes que no respetan el pH de las fibras de lana, dañándolas (el llamado choque químico).

¿Cómo lavar la lana en la lavadora sin riesgos?

El primer truco para salvaguardar la belleza natural de tus prendas de vestir es leer la etiqueta del interior: allí encontrarás toda la información que necesitas para no cometer errores. En general, casi todas las prendas de lana se pueden lavar en la lavadora, pero a bajas temperaturas: por lo tanto, selecciona un programa adecuado, que no supere los 30-40 °C y mantén las temperaturas constantes para evitar el choque térmico, con centrifugado bajo o sin centrifugado.
A continuación, añade al cajón del jabón un cacito de Wool 1, el detergente de Nuncas estudiado específicamente para lavar la lana. ¿Qué tiene de especial en comparación con otros detergentes? Es un auténtico champú que nutre en profundidad, proporcionando a tu ropa un aroma afrutado, delicado pero persistente. Su fórmula de pH neutro, obtenida a partir de proteínas de trigo, preserva las fibras de lana, ayudándoles a conservar su suavidad y elasticidad. Aunque es un producto delicado, apto para lavar cualquier tipo de lana (incluso la cachemira más fina), consigue limpiar a fondo tus prendas, eliminando todo rastro de suciedad. No obstante, en caso de manchas, siempre recomendamos eliminarlas a mano antes de lavar en la lavadora utilizando Smackia Col, un producto de pretratado de triple acción, ya que elimina la suciedad persistente a la vez que elimina los olores e higieniza.
Aun así, tras el lavado, las fibras de lana quedan «desnudas» y, por tanto, mucho más delicadas y expuestas a las agresiones externas. Por tanto, el riesgo de fieltrado está a la vuelta de la esquina. Por lo que el tratamiento de belleza debe continuar necesariamente con Wool 2, un verdadero acondicionador para la lana después del lavado, que debe utilizarse en lugar del suavizante. Las proteínas de trigo son una vez más el secreto de este producto: su fórmula nutre las fibras, cierra las cutículas y evita el fieltrado de nuestras prendas de lana y la aparición de bolas con el paso del tiempo.
Estos dos productos, utilizados en combinación, mantienen las fibras de la lana hidratadas, elásticas y fuertes, por lo que pueden alargar mucho la vida de tus jerseys favoritos.

¡Cuidado con el secado!

Sin duda, utilizar el programa de lavadora adecuado y los productos correctos es un gran gesto de amor hacia tus prendas de lana. Pero, por desgracia, no es suficiente: la fase de secado también es delicada y puede estropear tu ropa, a veces de forma irreparable.
Entonces, ¿cómo hacerlo, sobre todo si vives en zonas especialmente lluviosas y no tienes tendedero? La secadora en estos casos es una buena solución, pero recuerda que:

  • - solo algunos modelos tienen programas adecuados para la lana. Asegúrate, por tanto, de haber adquirido el aparato adecuado antes de introducir tu jersey favorito;
  • - no todas las prendas pueden meterse en la secadora (comprueba siempre antes la etiqueta y, si falta el símbolo correspondiente, opta siempre por el secado al aire libre).

Si tu ropa lo permite, métela en la secadora, a ser posible al revés, seleccionando un programa específico para la lana. No sobrecargues el tambor (de manera que el secado sea más rápido y seque menos las fibras) y recuerda sacar la ropa inmediatamente después de que termine el ciclo. Si los jerseys más pesados se han quedado ligeramente húmedos, no los vuelvas a meter en la secadora, cuélgalos al aire libre, lejos de fuentes de luz directa. No las cuelgues nunca con pinzas, coloca un paño en el tendedero y ponlas encima, para que no cojan forma: de hecho, las fibras de la lana mojada son mucho más pesadas. Si cuelgas tu prenda, correrás el riesgo de que se deforme en poco tiempo.
Ahora sí que conoces todos los trucos para conseguir prendas de lana limpias, perfumadas pero, sobre todo, bonitas, coloridas y suaves como recién salidas de la tienda. Las lavadoras y secadoras no volverán a darte miedo: bien utilizadas, estas herramientas pueden ser tus mejores amigas y las de tu ropa de lana.

  1. Smackia Col
  2. Wool 1
  3. Wool 2