En Estados Unidos es un must típico del domingo por la mañana, pero también en Japón, Norte de Europa, Australia y – más recientemente – también aquí en Italia. Nos citamos en la lavandería que funciona a fichas del barrio, con un libro, una amiga, una taza de café soluble comprada on the go, con la cesta de la colada debajo del brazo y – sobre todo – dos horas de tiempo libre para dedicarnos a nosotros mismos, a la lectura o simplemente a charlar. Cómodamente sentados, en los locales, cada vez más concurridos, de las “laundry”, es decir, las lavanderías que funcionan con fichas que permiten llenar el tambor con cargas especiales extra-size.

¿Y Quién va a las mimas? ¡No sólo aquéllos que no tienen lavandería en casa! Estudiantes, sí, solteros que buscan un poco de compañía, pero también perfectas o principiantes amas de casa que saben que no pueden lavar un edredón de plumas o una carga extra de toallas en un tambor con una capacidad de 5 kg.

Así el domingo por la mañana (o en cualquier otro momento de la semana) nos podemos preparar para esta actividad de nueva generación con los instrumentos adecuados. Un cojín cómodo para poner encima de la silla de la lavandería (suelen ser bastante espartanas), algo para leer y para beber, la cesta con la colada y los detergentes adecuados.

Sí, la diferencia está precisamente aquí. Si bien las lavanderías públicas están dotadas de dosificadores con detergentes listos para usar para quien se olvida el suyo, traerse el jabón o el suavizante de casa es indispensable para obtener un resultado perfecto, de modo seguro e higiénico.

Nuncas propone Biolindo, su detergente para la colada (tanto blanca como de color) que elimina las manchas en frío y puede usarse para todo tipo de prendas – incluso para aquellas oscuras. Su acción antitransferencia del color ayuda a las fibras a retener el color y lo hace perfecto para las coladas de grandes cantidades, en las que se pueden mezclar prendas de distinto color.

Para combatir el efecto duro del agua con cal y tener fibras más suaves y esponjosas, lleve siempre consigo una dosis de Morbivel, el suavizante Nuncas para toda la colada. Ideal para proteger sus prendas y hacerlas suaves al tacto.

Charlando, el tiempo de un lavado pasa volando y – con treinta o sesenta minutos más – las lavanderías públicas le permiten volver a casa con la colada perfectamente seca gracias a la potencia de las secadoras. Pero atención – no todas las prendas pueden secarse con el chorro de aire caliente, lea la etiqueta y no se distraiga por la presencia de alguien que – como en el famoso anuncio de los vaqueros – podría atraer su atención hacia otra parte…