Las decoraciones de terciopelo, que dan a su casa un aire especial – simples o elaboradas, son la auténtica tendencia del invierno para cojines, colchas y cortinas. Los terciopelos no sólo son estupendos estéticamente, sino también a nivel de confort, ya que transmiten al cuerpo (¡y a la vista!) un calor único y envolvente, muy a menudo gracias a la sabia combinación entre la elección del color y el tipo de terciopelo. Nada más sacarlos del armario, cambian el look de su casa drásticamente: donde en verano había cojines de lino blanco en el sofá de piel, invierno se colocan cojines de terciopelo rojo oscuro o bien, azul marino, capaces de cambiar, por sí solos, enteramente el aspecto del cuarto. Si, además, tiene la suerte de tener cortinas falsas, elíjalas de terciopelo, le ayudarán a dar al salón una imagen clásica muy sofisticada, que aporta también elegancia y hace el ambiente muy acogedor en contraste con la poca luz del invierno.

El terciopelo es un tejido casi mágico – sus propiedades tornasoladas lo hacen reconocible inmediatamente, incluso a una cierta distancia. Algunos, sin embargo, temen que pueda estropearse con el lavado y piensan que hay que llevarlo a la tintorería cada vez que se quiere limpiar – con la consiguiente pérdida de tiempo y gasto de dinero. Pero la buena noticia es que el terciopelo se puede lavar en casa, a mano o a máquina, ya que posee las mismas características de una bonita toalla esponjosa.

Lo primero que hay que hacer es separar los distintos tipos de terciopelo y aprender a reconocerlos: existe el terciopelo de seda, de lana, de lino y de algodón. Para lavar el terciopelo correctamente en casa, deberá, ante todo, saber cuál de estas fibras ha sido elaborada en forma de “terciopelo” y después lavarla consiguientemente, observando, además, tres reglas básicas.

1 observe el color y cargue el tambor sólo con colores similares, sin exagerar en la cantidad. Una carga de 3 kg en un tambor que tiene cabida para 5 es perfecta para el terciopelo, ya que permite un aclarado excelente. Configure la temperatura a 30° para colores intensos, 40° para blanco y pastel.

2 utilice un detergente adecuado, que impida la transferencia de color (para que el tejido no se descolore) como Biolindo de Nuncas. No hay que exagerar con la cantidad, muy a menudo el terciopelo usado para objetos de decoración sólo tiene un poco de polvo, y no suele mancharse mucho. Si hay manchas, hay que tratarlo con un quitamanchas específico (como Smackia de Nuncas) o añadir un quitamanchas para prendas de color al lavado: Vitacolor respeta los tejidos y los colores, eliminando de modo eficaz las manchas. Si su lavadora tiene un programa para prendas delicadas que reduce los giros del centrifugado, selecciónelo para evitar que el terciopelo se comprima demasiado – 800 giros son suficientes,¡600 giros mejor aún! Para el terciopelo de lana y de seda deberá usarse detergentes específicos: Lava Lana Delicada y Balsamo Delicado Lana para la lana (con el específico programa de la lavadora) e Lenceria y Seda para la seda (con el específico programa para prendas delicadas). En éstos últimos casos, proceda con el lavado al igual que si se tratase de prendas de lana y seda (véanse los artículos dedicados al tema en la sección archivo).

3 sacuda bien el tejido después de haberlo lavado, para realzar la fibra, como haría para las toallas. Es importante también no tender el terciopelo doblado en el alambre (quedaría la señal) ni utilizar pinzas en lugares que se vean demasiado. Es aconsejable, por el contario, un secado extendido, que no deje marcas. Por último, una nota sobre el planchado: planche siempre del revés para no aplastar las fibras y no abrillantar el tejido. Es preferible plancha caliente con valor intenso para los terciopelos de lino y algodón. Su terciopelo quedará perfecto, como nuevo, durante mucho tiempo.