Las barbacoa está expuesta a grasas que se escurren por la misma, a alimentos que se queman a altísimas temperaturas y a un uso prolongado: para mantenerla siempre eficiente e higiénicamente limpia no es suficiente con cepillarla después del uso: es necesario un producto específico. Las parrillas de exteriores y las barbacoas son cada vez más populares, incluso en Italia. Existen de varios tipos: desde las más simples y prácticas, muy a menudo portátiles sobre ruedas, a aquellas construidas en obra y dotadas también de campana extractora. Todos los modelos tienen en común que poseen una amplia parrilla de hierro fundido y, a menudo, una superficie lisa al lado, realizada en hierro fundido también, o bien en piedra, para la cocción a la plancha.
El verano es la estación ideal para un uso intensivo de las mismas, ya que cocinar al aire libre es muy divertido (sobre todo, para los hombres), nos evitamos tener que ensuciar la cocina de olores y humo. Se puede cocinar de todo a la parrilla: carne, pescado, verduras e incluso fruta. Algunos piensan que la parrilla no debería lavarse, solo frotarse, otros (por suerte) aconsejan sin embargo lavarla y no poner sobre las mismas alimentos distintos, para evitar contaminaciones de olores. Una regla que vale para todos: la parrilla no se unta nunca; se untan los alimentos que se cocinarán con la superficie ardiendo.
La limpieza profunda de las parrillas es necesaria para evitar que los alimentos cocinados posteriormente entren en contacto con los residuos de los anteriores alimentos, que incluso han podido quemarse. Veamos cómo proceder. El primer paso para limpiar la barbacoa es dejarla enfriar completamente. Terminada la cena, por tanto, hay que dejarla así, tal y como está – quizá cubriéndola con la tapa metálica de la que están dotados muchos modelos, solo para no atraer insectos. Una vez enfriada, la parrilla de la barbacoa deberá cepillarse con un cepillo duro que pueda eliminar los residuos de alimentos más grandes. Los productores normalmente incluyen un cepillo para la limpieza de la parrilla en dotación, pero si tiene que comprarlo a parte es suficiente con conseguir un cepillo de sorgo áspero o de fibras mixtas, no de metal, porque podría rayarse el revestimiento de hierro fundido. Una vez cepillado el metal, deberá limpiarse la grasa y la pringue. Si solo ha asado verdura sin condimentos, en ausencia de grasas que hayan podido revestir las parrillas, puede utilizar incluso solo una esponja mojada con agua caliente y un poco de bicarbonato. Si, por el contrario, ha asado carne, pescado o queso, y ha usado condimentos que se han mezclado con las grasas de los alimentos, creando suciedad incrustada, es necesario utilizar un producto específico, como Forno & Grill de Nuncas, activo sobre la suciedad carbonizada y súper práctico ya que se usa en frío. Se rocía sobre la superficie a tratar, poniéndose guantes y procurando no salpicar. Se deja actuar 30 minutos, seguidamente, se aclara la espuma con una esponja mojada, pasándola hasta que quede completamente eliminada. Su eficacia permite quitar todo rastro de pringue, suciedad incrustada o quemada, sin esfuerzo. Para disfrutar solo de lo mejor de la barbacoa y del verano.