Expuestas a la salinidad, arena y cloro, las toallas de playa tienen que lavarse frecuentemente, intentando preservar sus colores y suavidad, pero a la vez higienizándolas a fondo.

Un elemento indispensable de la bolsa de playa son las toallas de colores que ponemos sobre las hamacas, directamente sobre la arena o bien, en el borde de la piscina. Estos grandes rectangulares de toalla, muy a menudo, de colores y a veces, con inserciones de tejido distinto, son el accesorio más usado del verano y se merecen un lavado regenerador. No solo las ponemos en contacto con superficies distintas y, a menudo, no ideales, sino que además las pisamos, las usamos para quitarnos la arena del cuerpo, las engrasamos tumbándonos encima y poniendo nuestra piel protegida por cremas solares en contacto con su suave fibra. Al final del día, cuando nos concedemos una ducha restauradora, la mayoría de las tollas se cuelgan inexorablemente en la cabina o bien, las doblamos y nos las llevamos a casa para quizá abandonarlas hasta el día siguiente. No hay que sorprenderse si después solo de un fin de semana, nuestras toallas ya no están suaves ni perfumadas como desearíamos.

La buena noticia, en todo caso, es que no hace falta mucho tiempo, ni habilidades especiales, para hacer que las toallas de playa vuelvan a recobrar su belleza originaria.

Para lavarlas es necesario (yo diría, muy aconsejable) tener una lavadora. Antes de introducir en el tambor hay que sacudirlas bien – sobre todo, si hay restos de arena. Es mejor hacerlo al aire libre, antes de guardarlas en la bolsa, de lo contrario se esparcirá arena por todas partes cerca de su electrodoméstico.

A veces, en las casas de playa, por motivos de espacio, las lavadoras pueden tener una capacidad menor respecto a la que tenemos en casa, en la ciudad. Por tanto, es necesario controlar bien y después cargar el tambor consiguientemente, dos toallas suele ser lo normal. Ahora hay que elegir el detergente. Considere que sus toallas tienden a perder color porque están expuestas al solo directamente durante buena parte del día, por tanto, lavarlas con un detergente que impida la pérdida de color durante el lavado le ayudará a mantenerlas bellas durante más tiempo. Para no cometer errores, le aconsejo usar 1 tapón de Biolindo de Nuncas, que elimina la suciedad y las manchas grasas debidas a cremas solares, retrasa la liberación del color e impide que se deposite en las prendas más claras. Para higienizar a fondo, al menos una vez cada 3-4 lavados, puede añadir 2 cucharadas de Nuncas Smackia Ogni Macchia, el aditivo quitamanchas e higienizante que limpia en profundidad sus toallas gracias al oxigeno activo.

Por último, elija bien su suavizante y añádalo en el correspondiente compartimento de la cubeta, siguiendo las dosis aconsejadas en el envase, sin exagerar. Recuerde que la función del suavizante es la de impedir los depósitos de cal entre las fibras y el consiguiente endurecimiento del tejido: una dosis excesiva podría hacer las toallas incapaces de absorber el agua y, por tanto, de secar. Nuncas Morbivel es un producto excelente que con un solo tapón hará suaves y esponjosas las tollas y, cuando las vuelva a sacar para el próximo baño, tendrán una envolvente y sofisticadísima fresca fragancia. Por último, una nota sobre el secado. Una vez extraídas las toallas del tambor de la lavadora, sacúdalas bien para realzar las fibras, después tiéndalas al aire libre o sobre un cable, sin demasiadas pinzas para no dejar marcas sobre el tejido. Dóblelas solo cuando estén perfectamente secas, para evitar acumulaciones de humedad que podrían producir muy probablemente malos olores.