No siempre se pueden hacer coladas separadas para cada color, pero el modo para no encontrarse ropa con el arco iris plasmado en la misma existe, y es práctico, ecológico y económico.

Cuando compramos un vestido, un mantel o una camiseta de colores querríamos que permaneciese exactamente así, con esos colores vivos y brillantes. El fluo ha dominado la moda del verano, el otoño es una mescolanza de tonalidades quemadas, amaranto y naturales, y el invierno nos traerá de nuevo el imperecedero rojo rubí. Colores bellísimos, sobre todo, recién comprados, que pueden volverse grises a lo largo del tiempo – o peor, transformarse en un disfraz de Arlequín si uno se equivoca en el primer lavado. Para mantener el color de las prendas siempre brillante y evitar errores de lavado, el consejo es lavarlos siempre con un detergente específico y que permita hacer una única lavadora con prendas de colores distintos. En efecto, no siempre se puede llenar el tambor con prendas del mismo color con lo que, al final, se acaba lavando solo dos camisetas en un tambor semivacío, desperdiciando energía. No olvidemos que los programas “de media carga” no reducen a la mitad el uso de corriente eléctrica, agua o detergente – tres elementos no saludables para el ecosistema del Planeta ni para nuestro bolsillo.

Por suerte han inventado detergentes, como Biolindo Nuncas, eficaces ya a 30°C, que actúan gracias a la combinación de tensioactivos (que atacan las manchas de grasa) y al componente enzimático, que consigue “comerse” al mismo tiempo las manchas de alimentos (proteicas), Biolindo Nuncas además de estas valiosas características contiene también una molécula “antitransferencia de color que ralentiza la liberación de color e impide que se vuelva a depositar en las prendas más claras. Este detergente, al contrario de lo que sucede con las toallitas atrapacolor, no absorbe el color que se dispersa en el agua, sino que impide la liberación del tejido.

Pero hay que recordar que tenemos que lavar por separado aquellas prendas con colores fuertes, recién compradas, que desconocemos cómo reaccionarán al entrar en contacto con el agua. En este caso es mejor no mezclarlas con otras cuando las lavemos por primera vez, aunque utilicemos un detergente para prendas de color. Si la prenda se ha teñido mal, ¡¡ no hay ningún detergente milagroso que pueda impedir que se libere el color!! Otro error frecuente es pensar que los detergentes para prendas blancas sean “neutros” y vayan más o menos bien para todo. En verdad, estos detergentes contienen blanqueadores ópticos. Muy útiles para hacer el blanco blanquísimo pero que a veces depositan una pátina en los tejidos de colores, quitándoles vitalidad y volviéndolos mates con el paso del tiempo. Los detergentes para prendas de color como Biolindo no contienen blanqueadores ópticos y, por tanto, no depositan en las fibras este tipo de compuestos químicos, inútiles y antiestéticos. Utilizar un detergente con una fórmula específica para prendas de color es, sin duda, un verdadero ahorro de tiempo, energía y dinero. ¡Otra cosa son las prendas de seda! La seda es una fibra de origen animal e, independientemente del color, deberá ser tratada con un detergente estudiado específicamente para ello, que pueda hidratar y proteger y, que además, no contenga enzimas que, junto con la suciedad, se “comerían” también la seda. ¿Un consejo? Lencería y Seda Nuncas ha sido estudiado para las prendas de seda, garantizando una prolongada belleza.