El diseño ha mejorado el estilo y bajado los precios – los dormitorios de los niños ya no son tristes mundos de fresno en miniatura, sino una explosión alegre de materiales, colores y formas. Todas por explorar. Antes era una habitación rectangular, con una o dos camas, normalmente de madera, una ropa de cama vistosa combinada con las cortinas, de colores pastel y formas bastante geométricas. Después, con la explosión del diseño y, sobre todo, del diseño made in Italy se ha transformado radicalmente el modo de concebir el dormitorio de los niños: ya no es solo un lugar para dormir, sino un verdadero y auténtico nido – refugio, en el interior del cual, los niños pueden construir su propio mundo y vivirlo intensamente, además de estudiar y descansar. Es lo que se llama la “wonder room” – habitación de las maravillas – que todo niño sueña con tener. Elegante pero práctico, confortable y a la vez chic, súper tecnológico pero creado con materiales eco-compatibles e inserciones reciclables. Para ir descubriendo la vida desde una habitación: la nuestra.
Con su “children spaces” (Ed. Ryland Peters and Small) Susanna Salk remodela las fronteras del espacio y hace de precursor a una serie de libros que posteriormente estarán dedicados al mundo de los niños. Los colores se intensifican, las formas se desmaterializan – la idea es la de crear un ambiente con una fuerte personalidad, acorde a la del niño (o a la que se intenta desarrollar en él). Olvidémonos de la madera clara y natural, apostemos por las pinturas no tóxicas que permiten jugar con los colores plenos. Se juega a varios niveles, con escaleras aplicadas o escondidas, se crean verdaderos y auténticos bastidores que parecen escenografías, para dividir los ambientes. Por último, se aplican cenefas en las paredes y adhesivos con los personajes de los cuentos de hadas. Los creadores de todo ello ya no son las clásicas empresas de productos para niños, sino las marcas reconocidas por el mundo del diseño como las más “trendy” – ante todo la maison Marie Claire, que con sus adhesivos de pared propone recrear verdaderos y auténticos mundos bidimensionales. De este modo, también los espacios pequeños se hacen realmente habitables. Junto a estas creaciones, las casas que diseñan tejidos crean ropa de cama, cortinas, cojines y alfombras que no tienen nada que invidiar al mundo de los adultos. El dormitorio se reinterpreta completamente para permitir al niño vivirlo casi como si fuera un estudio, en el que hará de todo – divirtiéndose y con la máxima seguridad – excepto obviamente lavarse y comer. El espacio concebido de ese modo es muy acogedor, pero debe mantenerse en orden ya que está organizado por zonas “plenas” que no permiten muchas distracciones. ¿Inconcebible para los niños? Para nada, al contrario. Nos lo han enseñado los suecos de IKEA: un lugar para cada cosa y cada cosa en su lugar. Y los dormitorios de nueva generación tienen cestas de mimbre a la vista y cajas que desaparecen dentro de los armarios; camas con dobles fondos y escondites porta objetos dentro de deliciosos tromp l’oeel en las paredes.
Porque el espacio moderno es, como sabemos, pequeño, pero los arquitectos y los diseñadores han encontrado el modo para hacerlo más elástico, camuflando y reflejándolo con espejos, cristales y materiales perforados. Los nuevos dormitorios son indudablemente maravillosos, pero no deben considerarse solo como un espacio lúdico para el niño. Parte del juego hace referencia a la enseñanza: tener un espacio propio y cuidarlo, respetándolo, es algo que se aprendes ya en los primeros años de vida, y que después llevará la persona dentro como un gran don de la vida. Mientras tanto, creceremos en un lugar armónico y feliz, hecho a medida de pequeños hombres y mujeres: seguro y protegido.